Era la primera vez que iba a Ronda, y quedé encantado con la zona y el paisaje. Otro lugar interesante para un retiro temporal, fijo que consigues desconectar.
Venía a la prueba medianamente preparado, no tengo mucho tiempo libre y las lluvias de las últimas fechas no me han dejado pisar mucho el campo y he tenido que tirar de flaca.
Ya en Ronda, el camino desde Madrid se me hizo muy largo, la entrega de dorsales se produce con normalidad, bastante bien organizado y dimensionado para los 7.000 participantes en las distintas modalidades.
Nos alojados en Montejaque, prácticamente escondidos entre las montañas, origen de un queso de cabra (de la cabra payoya) que es un bien preciado y estoy deseando probar.
A las 9 he quedado con Caballino y Trepa, que ya están preparados y que, como van con la equipación de este año, saldrán por delante.
A estas horas, el campo de fútbol ya está petado y el sol empieza a quemar. Vaya día nos espera. Hasta las 10:30 no se dará la salida, por lo que la hora de espera se hace eterna. Además la salida es neutralizada y nos toca espera otros 15min hasta reagruparnos. A las 11 de la mañana empieza la fiesta…
Al poco de pasar el primer avituallamiento, que nos saltamos sin querer, noto que la trasera se me va y compruebo que he pinchado. El líquido hace su trabajo y tapona el pinchazo. Decido seguir hasta el siguiente avituallamiento. Son varios los que me avisan que voy pinchado, ahora pienso que debería haber parado porque podía haber abollado la llanta, pero la adrenalina me ciega… al poco nos tocará volver a parar porque mi compi ha pinchado también.
Caballino va muy bien y seguimos dando caña. Los primeros 50km los hacemos sin despeinarnos, con buenas sensaciones y a muy buen ritmo, adelantando a muchísima gente. Trepa ha decido marcar su ritmo, pero ha prometido llegar a la meta.
Caballino, que ya ha participado en Ronda en otras ocasiones, propone bajar el pistón sabedor de lo que nos espera… llegamos al cuartel sin mayor problema. A partir de aquí todo cambia…
La subida a la hermita es demoledora, las primeras rampas ya son exigentes, pero nada que ver con lo que nos espera después. Sigo tirando hasta donde ya es prácticamente imposible subir montado. Decido esperar a mi compañero en una sombra. Le pregunto si esta cuesta la que llaman el cachondeo, fíjate tu lo que yo tenia en mente… no nos queda nada….
Llegamos a la hermita y las zetas de bajada casi no se pueden trazar por el desnivel, uffff por poco me voy fuera… menudas vistas hay desde la altura.
A continuación una trialera de subida imposible, nuevamente, que acaba con mi paciencia… me tiro a la sombra. Llega Caballino. Arrancamos y esto parece no terminar nunca. Mas empujabike… Nos comentan que el año pasado pusieron esta subida y la gente se quejo bastante, pero no parece haber importado mucho.
A duras penas llego al avituallamiento, donde decido no esperar porque tengo muchas ganas de terminar. Aun quedan 2 remontadas desde el río, una por pista de cemento y otra la conocida por el cachondeo… tiene guasa!
Posición 895, de mas de 2700 que la terminamos. Con un tiempo de 7:29:30, de los que poco mas de 6h fueron dando pedales o empujando. Caballito y Trepa la terminaron al poco tiempo.
Temperaturas superiores a 30grados durante toda a ruta, algunos registraron 42. Muxa caló!
Como resumen:
De tanto patear me llevo una ampolla guapa. Temía que me fastidiar para el Soplao, pero la blastoestimulina esta ayudando a una rápida cicatrizacion.
Me ha gustado:
– El paisaje y la zona,
– El ambiente y en general la organización
NO me ha gustado:
– Que pongan cuestas que solo un 1% sube montado, no tienen sentido cuando son tan largas. Resultado, todo el mundo empujando la bici durante 2h a las 4 de la tarde, con mas de 30grados.
– Lo cerda que es la gente, la mas cerda que he visto nunca. Todo el campo lleno de envoltorios y sobras de geles y barritas.
– Algunos avituallamientos eran escasos y se formaban colas para reponer agua.
– No hay posibilidad de llevarte bebida de los avituallamientos, te lo dan en vasos y racionado.
– Una hora para recoger la sudadera tras terminar la prueba, una sola persona atendiendo, de coña.